ELLAS, LATINOAMÉRICA, LOS PUERTOS Y YO
Cuando recibí el encargo de la red MAMla, a través de mi amiga y gran profesional Elvia Bustavino, para colaborar con sus Crónicas, me quedé pensando y me pregunté: ¿No deberías dar tu visión sobre la situación de la igualdad/desigualdad de género en el sector portuario Latinoamericano?... y mi primera respuesta fue contundente: NO.
Me dije, no eres experto en la materia y, además, es un tema bien sensible como para equivocarse, aunque sea accidentalmente. Así que lo tenía claro: NO es NO… y no lo iba a hacer.
Pero pasaron los días y empecé a preparar un bonito artículo sobre la situación actual de la digitalización portuaria para enviarlo a la red MAMla… pero había algo dentro de mí que no me hacía muy feliz.
Y, entonces, me llegó una importante reflexión: “A ver Migue, todas estas mujeres han estado luchando desde hace años contra situaciones injustas en los puertos latinos… ¿y tú te acobardas a la hora de escribir un artículo?”
Rápidamente me di cuenta de que ese no es mi comportamiento habitual, los que me conocen saben que tiendo más hacia el riesgo que hacia la comodidad, así que decidí ser valiente (o quizás imprudente) y escribir unas líneas sobre la Igualdad de género en el sector marítimo y portuario latinoamericano y contar mi experiencia personal al respecto desde 2014, que es el año en el que comencé a venir por esta linda parte del mundo.
Miren, ahora que me fijo con detalle, puedo decirles, con una gran sonrisa de felicidad, que de 2014 a 2022 el panorama de la mujer en este sector tradicionalmente tan masculino ha cambiado, lo ha hecho mucho y en gran parte gracias a muchas de las personas que voy a mencionar.
Recuerdo la que fue mi primera actividad: acudir al Congreso de AAPA Latino en agosto de 2014 en Iguazú… y, haciendo ahora memoria y recordando ese momento, les puedo asegurar que mujeres en las exposiciones o como representantes del sector realmente había muy pocas, y desde luego muchísimas menos que en el último congreso de 2021.
También recuerdo, que entre las pocas que había ya destacaba Zulma Dinelli con su energía y dedicación. No tengo duda de que Zulma es una de las pioneras en este tema en el sector portuario latino y con su increíble equipazo de colaboradoras, son, además, un ejemplo para el sector.
Después vinieron mis primeras participaciones en los eventos de la CIP OEA, sobre todo el primero en Montevideo, si mal no recuerdo en 2016, donde conocí y me asombraron por su fuerza y su profesionalidad a Mona Swoboda y Kayanna Parson, del equipo de la Secretaría de la CIP… y tanto lo hicieron que, junto a sus otras compañeras que fui conociendo posteriormente en otros eventos (Montse Ambriz, Sabi Malnis, etc.), las bauticé con todo mi cariño como el CIP OEA Dream Team y creo que también son en la actualidad un gran ejemplo en este sector.

También son inolvidables las primeras mujeres en puestos directivos en puertos de Latinoamérica con las que tuve que reunirme y negociar colaboraciones, como Ana Rey y Alicia Abelenda, del Puerto de Montevideo. En su momento referencias por veteranía en un mundo tan dominado por hombres y bueno… fueron muy duras y buenas negociadoras. Al igual que Kritsa Lucenti del IDB/BID o Gianna Gregori de CAF. Todas ellas un gran ejemplo para las futuras generaciones.
Y si mi acuerdo de ellas, pues también debo hacerlo de las primeras Gerentes Generales de API mexicanas con las que coincidí: Sylvia Ernest y Constanza Suárez, en API Mazatlán y API Puerto Vallarta. Unas adelantadas a su época a las que no les dejaron suficiente tiempo para brillar como estoy seguro podrían hacerlo.
Un caso contrario es lo que está sucediendo actualmente en la CPN de Guatemala, donde dos grandes profesionales portuarias como Mari Cruz Rodas y Kamyla Barrientos están demostrando que las nuevas generaciones de mujeres portuarias pueden llegar muy lejos y hacerlo además muy bien.
Y, como no, entre todas las mujeres del sector, no quiero finalizar estas líneas sin mencionar a una gran profesional y aún mejor persona, tan grande como su experiencia en puertos: Eugenia Tortora del Puerto de Bahía Blanca en Argentina, que para mí es posiblemente la mejor referencia para las mujeres que en estas nuevas generaciones se incorporan a puestos de responsabilidad en este sector.
En fin, tengo que reconocerles que como la memoria no es mi principal virtud, seguro me olvido de muchas brillantes mujeres portuarias con las que he coincidido, y les ruego sinceramente me disculpen por mi olvido.
Pero, créanme, lo importante no son los nombres, lo importante es destacar que tienen en común todas estas mujeres, y no, no es que sean mujeres luchadoras y valientes, que lo son, lo realmente importante es que todas ellas no están en sus puestos por ser mujeres, lo están por su preparación y, sobre todo, por el esfuerzo y tiempo que han dedicado a aprender de los y las mejores y a capacitarse. Porque no tengo ninguna duda: no hay nada más igualitario que la capacitación, ni nada más satisfactorio que obtener éxito y responsabilidad por tu esfuerzo.
En un aula, todos somos iguales, y de un aula, todos salimos más preparados, así que si tuviese que dar algún consejo a todas las mujeres que por fortuna están ya y/o quieren estar en este sector, les diría dos cosas: sigan los mejores ejemplos (todas las mujeres que salen en este artículo lo son) y capacítense; nunca dejen de hacerlo.
Desde una institución donde se trabaja en la excelencia portuaria y donde algo más de la mitad de su personal es femenino, se les manda a todas un gran saludo.
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