LA DERROTA PARADISÍACA AL PARAÍSO ANTÁRTICO
Pensé en varias alternativas para nombrar a esta crónica, “El paraíso Antártico”, “El Continente Blanco”, “La Antártida de todos”, pero ninguna transmitía el mensaje que deseo compartir con ustedes a través de este escrito.
“La derrota al Paraíso Antártico”; cuando me surgió la oportunidad de navegar al Continente Blanco sabía que iba a ser una misión especial, pero jamás dimensioné que la derrota a la Base Antártica Artigas iba a ser de las experiencias más extraordinarias de mi carrera. Como oficial de la Prefectura Nacional Naval de la Armada Uruguaya, tuve la oportunidad de navegar y apreciar las bellezas y grandiosidades del Atlántico Norte y varios de los mares del Continente Europeo, pero nunca me vi tan deslumbrada por un escenario como cuando me encontré navegando en la Región Fueguina en mi querida América del Sur; como autora de esta crónica me pareció importante destacar y darle un breve espacio de este texto a explicar el sentido de las expresiones que lo titulan.
La Armada Nacional navega cada año 5391 millas náuticas con el fin de hacer llegar provisiones a aquellos hombres y mujeres uruguayos, militares, científicos, personal médico, etc. que se encuentran destacados en la Base Científica Antártica Artigas, cumpliendo roles relevantes para el país en cuanto a monitoreo ambiental, geociencia, ciencias de la vida, y otras. Como muchos de ustedes los lectores sabrán, el clima antártico dista mucho de las condiciones en las cuales trabajamos diariamente en Uruguay, a diferencia de otros países de la región, Uruguay, debido a su pequeña extensión territorial, dispone de un clima sobre todo constante típico de una zona subtropical austral, a pesar de ello, la Armada Nacional ha sabido cumplir satisfactoriamente cada misión al Continente Blanco velando siempre por la salvaguarda de su tripulación y la de los buques que se encuentren navegando en la misma ruta, así como la prevención y protección del medio marino tanto en su rol de Estado Miembro de la Organización Marítima Internacional (OMI), como en su carácter de Fuerza Naval y defensora de los recursos estratégicos del entorno oceánico.
Como delegada de la Autoridad Marítima, dentro de la Armada Nacional, mi función en la misión fue el transbordo del combustible hacia la base; tarea que evidentemente no realicé sola, sino que como toda la misión se trató de un trabajo en equipo, buzos, oficiales, personal subalterno, científicos, etc. todos trabajamos arduamente con el objetivo de llevar adelante la misión y culminar satisfactoriamente y así poder volver a casa con la satisfacción del deber cumplido.
La Región Antártica es tarea de todos! ¡Nuestros Océanos, nuestra obligación, nuestra oportunidad!.
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